¿Será el punto de quiebre? Juan Aurich acaba de igualar ante Melgar y Franco Navarro empieza la retirada a los vestuarios serio, algo dolido, pero tranquilo. El Pepón se hubiera sentido mejor si su equipo habría sumado los tres puntos. Pero no siempre a uno le sale todo redondo. No siempre todo lo que se hace es suficiente y hay veces la suerte está del otro lado. De todas fromas, el Ciclón tiene que mejorar. Si vuelve a jugar así como ayer, podría sufrir una sorpresa. Esta vez el 2-2 con Melgar al menos le ha servido para separarse de Alianza y asumir como único líder del Descentralizado. ¿Por qué el Ciclón apenas fue una brisa y no sopló como otras veces? La respuesta es simple: equivocó el libreto y sus jugadores sólo apelaron al pelotazo para vulnerar la zaga mistiana. Aurich fue, en resumen, una suma de voluntades.
Candelo, el llamado a marcar la diferencia de tres cuartos de cancha hacia adelante, no estuvo como en otras jornadas. La Rosa, el llamado a obstruir los ataques rivales en la primera zona de volantes, se codeó con la imprecisión. Así, Melgar impuso su juego desde el minuto inicial gracias a la buena labor de Jean Ferrari y Edson Aubert. Por eso, a nadie sorprendió que a los 13' el uruguayo Álvaro Méndez inaugure el marcador a favor de la visita con un remate de zurda inatajable. Aurich sintió el golpe y al instante, reordenó sus fichas. Creció en su labor de conductor el juvenil Paulo Hurtado.
Willian Chiroque canjeó la apatía por el atrevimiento. En ese marco, el Manchester del Norte fue otro equipo. Y, como era de esperarse, desniveló el choque con dos goles del Checho Sergio Ibarra. El primero fue con remate seco, sobre a los 18' de la inicial. Y el otro de cabeza, a los 5' de la etapa complementaria. Chiclayo era una fiesta. Pero ahí nomás llegó una tontería de Calín La Rosa (jaló en el área a Araníbar) y Garay cobró penal. Indiscutido. Edson Aubert no falló. En el epílogo, el Ciclón sopló y sopló, pero no halló el resquicio que buscaba. Aún así, este 2-2 le alcanzó para ubicarse en la cima del torneo.
Candelo, el llamado a marcar la diferencia de tres cuartos de cancha hacia adelante, no estuvo como en otras jornadas. La Rosa, el llamado a obstruir los ataques rivales en la primera zona de volantes, se codeó con la imprecisión. Así, Melgar impuso su juego desde el minuto inicial gracias a la buena labor de Jean Ferrari y Edson Aubert. Por eso, a nadie sorprendió que a los 13' el uruguayo Álvaro Méndez inaugure el marcador a favor de la visita con un remate de zurda inatajable. Aurich sintió el golpe y al instante, reordenó sus fichas. Creció en su labor de conductor el juvenil Paulo Hurtado.
Willian Chiroque canjeó la apatía por el atrevimiento. En ese marco, el Manchester del Norte fue otro equipo. Y, como era de esperarse, desniveló el choque con dos goles del Checho Sergio Ibarra. El primero fue con remate seco, sobre a los 18' de la inicial. Y el otro de cabeza, a los 5' de la etapa complementaria. Chiclayo era una fiesta. Pero ahí nomás llegó una tontería de Calín La Rosa (jaló en el área a Araníbar) y Garay cobró penal. Indiscutido. Edson Aubert no falló. En el epílogo, el Ciclón sopló y sopló, pero no halló el resquicio que buscaba. Aún así, este 2-2 le alcanzó para ubicarse en la cima del torneo.
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