Minuto 94. Enésimo centro al corazón del área del Juan Aurich. Luis Guadalupe duda en el salto, Erick Delgado sale a cazar mariposas y ahí, en medio de esa confusión, aparece la cabeza del colombiano Sergio Reyna para sellar la igualdad en esta ciudad.
Edgar Ospina expulsa su alegría contenida. Y se une al festejo interminable de sus dirigidos. Inti Gas, que jugó un partido con más ímpetu que buen fútbol, estropeó la anticipada celebración del Ciclón que se sintió ganador antes que se baje el telón del choque y al final no pudo dispararse en el Grupo A de la Liguilla.
La visita empezó mejor el cotejo. Gracias al manejo de Mayer Candelo, los chiclayanos tuvieron mayor presencia en el área visitante.
Precisamente a los 12', el ex volante de la U sirvió un pase milimétrico al vacío a Martín Arzuaga, quien ingresó con peligro al área chica, pero fue trabado por el golero Jhonny Soto. Penal. Indiscutido. Candelo tomó distancia y no erró. Gol.
En ese momento, el Ciclón del Norte sopló en forma continúa. Roberto Guizasola pudo ampliar la ventaja a favor de su equipo, sin embargo falló en el remate final.
Inti Gas reordenó sus filas y le tomó el pulso al compromiso. Sobre los 23' de la primera fracción, José Mendoza aprovechó un pivoteo de Reyna y con el arco a placer puso la igualdad momentánea.
La gente en el estadio Cumaná enloqueció. Y a cada momento arengaban para que el equipo del Peinadito Edgar Ospina desnivele las acciones. A punto estuvo de hacerlo Jean Tragodara, pero Erick Delgado, en ágil reacción, le dijo que no.
Ya en la parte final, con ambos equipos en inferioridad numérica (se fueron expulsados Jesús Álvarez y Mario Gómez por la visita, y Richard Valencia por el local), Aurich apeló a su mayor oficio para colocar el 2-1 por intermedio de Carlos Zegarra.
Inti Gas olvidó la jugada de pizarrón. La táctica fija. Y adelantó sus posiciones. Todo fue pelotazo. De veinte o treinta metros. El objetivo era no tropezar. Y lo logró.
Minuto 94. Un centro venenoso al área chica, ante la pasividad de la zaga chiclayana, fue bien aprovechado por Sergio Reyna, quien se elevó por todo lo alto y selló la igualdad final. Justo o no, premió el esfuerzo de un equipo y castigó la displicencia del otro.
Edgar Ospina expulsa su alegría contenida. Y se une al festejo interminable de sus dirigidos. Inti Gas, que jugó un partido con más ímpetu que buen fútbol, estropeó la anticipada celebración del Ciclón que se sintió ganador antes que se baje el telón del choque y al final no pudo dispararse en el Grupo A de la Liguilla.
La visita empezó mejor el cotejo. Gracias al manejo de Mayer Candelo, los chiclayanos tuvieron mayor presencia en el área visitante.
Precisamente a los 12', el ex volante de la U sirvió un pase milimétrico al vacío a Martín Arzuaga, quien ingresó con peligro al área chica, pero fue trabado por el golero Jhonny Soto. Penal. Indiscutido. Candelo tomó distancia y no erró. Gol.
En ese momento, el Ciclón del Norte sopló en forma continúa. Roberto Guizasola pudo ampliar la ventaja a favor de su equipo, sin embargo falló en el remate final.
Inti Gas reordenó sus filas y le tomó el pulso al compromiso. Sobre los 23' de la primera fracción, José Mendoza aprovechó un pivoteo de Reyna y con el arco a placer puso la igualdad momentánea.
La gente en el estadio Cumaná enloqueció. Y a cada momento arengaban para que el equipo del Peinadito Edgar Ospina desnivele las acciones. A punto estuvo de hacerlo Jean Tragodara, pero Erick Delgado, en ágil reacción, le dijo que no.
Ya en la parte final, con ambos equipos en inferioridad numérica (se fueron expulsados Jesús Álvarez y Mario Gómez por la visita, y Richard Valencia por el local), Aurich apeló a su mayor oficio para colocar el 2-1 por intermedio de Carlos Zegarra.
Inti Gas olvidó la jugada de pizarrón. La táctica fija. Y adelantó sus posiciones. Todo fue pelotazo. De veinte o treinta metros. El objetivo era no tropezar. Y lo logró.
Minuto 94. Un centro venenoso al área chica, ante la pasividad de la zaga chiclayana, fue bien aprovechado por Sergio Reyna, quien se elevó por todo lo alto y selló la igualdad final. Justo o no, premió el esfuerzo de un equipo y castigó la displicencia del otro.
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