Juan Aurich quiso ratificar en cancha -como así lo hizo en mesa de la Federación Peruana de Fútbol el viernes pasado- su permanencia en Primera División, pero no pudo. César Vallejo, su juez de turno, falló en contra y ahora buscará la respectiva apelación ante Atlético Minero. Ahora, este fallo quedó en suspenso y tendrá que ir a una segunda instancia.
Es cierto, este empate (0-0) no le sirvió porque su rival directo vencía en las alturas de Matucana. Pero no se le puede quitar méritos a un equipo que supo levantarse a pasos agigantados, luego de haber caído en la oscuridad del fondo del acumulado hace diez fechas atrás. Algunos ya le daban los santos óleos y decían que acompañaría al Sport Boys a Segunda División. Pero no fue así.
Franco Navarro les reinyectó a cada uno de los jugadores del Ciclón esa actitud y amor propio que fueron diluyéndose en el camino. Eso de pelear con un cuchillo entre dientes es el común denominador de los chiclayanos. Y esto se vio ayer en el partido, cuando Jair Butrón anulaba las subidas de David Soria, o cuando Luis Guadalupe con su peculiar forma ortodoxa de jugar, servía para esfumar los embates del Gabo García.
Chiclayo tendrá que hacerle un monumento a Fernando Martinuzzi, porque el portero sacó pelotas hasta no más poder, e incluso se vio involucrado en la dudosa jugada del uruguayo García, cuando a los 39' del primer período le sacó un balón que a primera vista ya estaba dentro de su arco. Una mención aparte a la espectacular atajada que le hizo a Christian Zúñiga a falta de 4 minutos para el final.
Edinson Chará quiso sacarse esos dedos acusadores que lo ponían como el responsable del casi descuento de 15 puntos en contra de su equipo, y por poco pasa a ser el héroe, sino fuera por el travesaño que le dijo no a su gol en el último minuto del cotejo.
La permanencia del Ciclón quedó en suspenso. Vallejo lo sentenció en primera instancia y apelará con todo el material deportivo que tenga. Todo Chiclayo espera que su querido equipo se salve de la baja. El fallo final se verá este miércoles ante el Minero. Si ganaban, los poetas clasificaban a la Sudamericana, pero con el empate se quedaron sin nada.
Es cierto, este empate (0-0) no le sirvió porque su rival directo vencía en las alturas de Matucana. Pero no se le puede quitar méritos a un equipo que supo levantarse a pasos agigantados, luego de haber caído en la oscuridad del fondo del acumulado hace diez fechas atrás. Algunos ya le daban los santos óleos y decían que acompañaría al Sport Boys a Segunda División. Pero no fue así.
Franco Navarro les reinyectó a cada uno de los jugadores del Ciclón esa actitud y amor propio que fueron diluyéndose en el camino. Eso de pelear con un cuchillo entre dientes es el común denominador de los chiclayanos. Y esto se vio ayer en el partido, cuando Jair Butrón anulaba las subidas de David Soria, o cuando Luis Guadalupe con su peculiar forma ortodoxa de jugar, servía para esfumar los embates del Gabo García.
Chiclayo tendrá que hacerle un monumento a Fernando Martinuzzi, porque el portero sacó pelotas hasta no más poder, e incluso se vio involucrado en la dudosa jugada del uruguayo García, cuando a los 39' del primer período le sacó un balón que a primera vista ya estaba dentro de su arco. Una mención aparte a la espectacular atajada que le hizo a Christian Zúñiga a falta de 4 minutos para el final.
Edinson Chará quiso sacarse esos dedos acusadores que lo ponían como el responsable del casi descuento de 15 puntos en contra de su equipo, y por poco pasa a ser el héroe, sino fuera por el travesaño que le dijo no a su gol en el último minuto del cotejo.
La permanencia del Ciclón quedó en suspenso. Vallejo lo sentenció en primera instancia y apelará con todo el material deportivo que tenga. Todo Chiclayo espera que su querido equipo se salve de la baja. El fallo final se verá este miércoles ante el Minero. Si ganaban, los poetas clasificaban a la Sudamericana, pero con el empate se quedaron sin nada.
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